Todo el mundo ha comprado alguna vez un producto y, de repente, se ha encontrado con que no funciona. Esto es un gran inconveniente no solo por la necesidad de repararlo, sino también porque nos hace entrar en el oscuro mundo de la garantía. Las preguntas más comunes que nos hacemos son si la garantía será aceptada, si el tiempo de espera será infinito y si la reparación implicará un coste adicional.
Se puede decir con rotundidad que hoy en día los consumidores están muy bien protegidos, a pesar de que solo en los últimos años esta cuestión ha empezado a quedar más clara, consiguiendo que los consumidores conozcan sus derechos en relación a este tema tan candente.
Garantía: algunas informaciones generales
Aunque los productos tecnológicos son los más protegidos en términos de garantía, es importante recordar que el Código del Consumidor (que tiene la función de regular todas las cuestiones relativas a la garantía) se refiere a todos los bienes duraderos y semiduraderos.
En primer lugar, existe una importante distinción entre las garantías legales y las garantías convencionales: la primera debe ser reconocida obligatoriamente por el vendedor, es decir, la persona que ha firmado el contrato de compraventa con el comprador, mientras que la segunda no es una obligación y por esta razón puede variar de fabricante a fabricante incluso entre diferentes modelos de la misma empresa.
Un producto no conforme, es decir, aquél en el que se detecta un mal funcionamiento en un plazo de dos años a partir de la fecha de compra, está cubierto por la garantía prevista por la ley y debe notificarse al distribuidor en un plazo de dos meses a partir del descubrimiento del defecto (en este último caso, es importante recordar que si el consumidor descubre el defecto al cabo de dos años, dispone de dos meses más para notificar la no conformidad y disfrutar de la garantía).
Las modalidades de reparación dependen de cada situación concreta: corresponderá al comprador optar por una reparación en lugar de una sustitución o, en los casos más extremos, una rescisión del contrato y la devolución del dinero.
Es importante recordar que la garantía convencional no invalida en modo alguno la garantía legal proporcionada por el Código del Consumidor. Corresponderá al consumidor, en función de las condiciones más o menos ventajosas de la garantía convencional, elegir ponerse en contacto con el fabricante o con el distribuidor.
Para compras con NIF-IVA, la cosa cambia
Para quienes realizan compras profesionales y, por lo tanto, NIF-IVA, la garantía de dos años prevista por el Código de Consumo (dedicado a los consumidores finales) ya no es válida y se aplica el año previsto por el Código Civil o, a elección, lo que determine libremente el fabricante.
La garantía transparente en el ámbito de la alta tecnología
Tras su informe sobre el sector textil, Konsumer y Garanteasy centraron su foco en el sector de la tecnología, y descubrieron que hoy en día alrededor del 84,8% de los vendedores de productos tecnológicos comunican la garantía en sus sitios de forma clara y transparente y, en concreto, el 12,1% lo hace de forma «Suficiente», el 42,4% obtiene una puntuación «Discreta», el 24,2% «Buena» y el 6,1% «Muy buena».
Esto sin duda sirve, como explica Konsumer Italia, para asegurar que alrededor del 70% de los consumidores italianos conocen en la actualidad su derecho a disfrutar de la garantía legal prevista por el Código del Consumidor sobre los productos electrónicos. Esta cifra choca con un más discreto 50%, que son aquéllos que saben que pueden disfrutarla en ropa y accesorios.
La garantía con Maikii
Maikii siempre ha estado comprometida con la transparencia hacia sus clientes, por lo que ofrece una garantía de por vida para todas las memorias USB. Para todos los demás accesorios de tecnología, la garantía es de dos años, excepto para las baterías, en las que se ha realizado un ajuste a la garantía legal que proporciona una cobertura de 6 meses.